Hace años que dejamos las calles de Baltimore, tras lo que viajamos a Starling City o al reino de Poniente, entre otros sugerentes destinos, para vivir nuevas emociones. Pero Baltimore… nunca acabamos de olvidarla. Suenan los primeros acordes de ‘Way down in the hole‘ y ningún lugar nos parece tan acogedor como aquel lugar pleno de violencia y drogas en los que pasamos cinco temporadas con ‘The Wire‘, la que puede ser si no la que más, sí una de las mejores series de la historia de la televisión.
No, tranquilos, que esto no va a ser una alabanza (muy) tardía más hacia este monumento catódico. Estos patos eran muy jóvenes y no tenían un blog cuando acabaron de verla y al menos en esto no van a mirar muy atrás para recuperar el tiempo perdido. Solo pretende ser un guiño a la nostalgia de un viaje maravilloso que se funde en agradecimiento hacia quien me compró el pasaje para aquellos lares, un profesor altísimo, el mismo que me ha sugerido que me asome al misterio de ‘True Detective‘. En esta nueva andadura no he visto más que medio capítulo por distintas circunstancias que no vienen al caso pero ya solo viendo la cabecera, la cosa promete y el escalofrío viene a ser parecido al que provocaba aquel jazz sublime.
‘The Corner‘ es una miniserie ambientada en ese Baltimore salvaje en el que conocimos a McNulty y compañía. De hecho, se puede decir que sus seis episodios vienen a ser precursores de aquella; no solo porque se estrenó un par de años antes, en 2000, sino porque nació en la misma cabeza del creador de ‘The Wire‘ y porque presenta a grandes rasgos los grandes temas que se desarrollarán allí, especialmente lo relacionado con el mundo de la droga, eje en torno al cual se articulan las historias que narra.
La producción es muy dura, mucho más que en la serie que conocemos. Contado casi como un documental, asistimos al declive de una familia y sus miembros desde la aparente normalidad hasta la autodestrucción, siguiendo un guión que parece estar reservado de antemano para ellos solo por respirar en esas opresivas calles. Da igual lo que hagan: sus esfuerzos por salir de la espiral en la que se ven inmersos acaba siendo inútil porque una vez que están en el centro de la misma, un remolino les termina tragando nuevamente y devolviendo al fondo. Y ahí, el orgullo, la humanidad y la dignidad se diluyen en una masa pastosa que para los que realmente podrían hacer algo no es más que basura de la que se mete debajo de la alfombra. Aquí lo cuentan mucho mejor de lo que lo pueda hacer yo, aunque vengamos a decir lo mismo.
No son capítulos aptos para todos los estómagos. ‘The Wire‘ ofrece una notable credibilidad por el hacer de sus intérpretes; ‘The Corner‘, no obstante, es la p… realidad. Un pedazo, al menos. De esos que no queremos mirar ni de lejos. Paradojas.