Esos anuncios en los coches…

“Chicas nuevas” es una de las frases más repetidas aunque uno no entienda muy bien por qué se supone que eso debería atraer más; tal vez presuponen a gente que se ha cansado ya de las hipotéticas “chicas antiguas”. Pero hay otros reclamos: “Para cumplir tus deseos”, “Ambiente discreto”, “Atrévete con esta madurita”, “Momentos placenteros”… a veces, se hallan incluso anuncios mal redactados como “Masajes asiáticas (sic)”. Da igual, claro, porque dudo mucho que el que esté verdaderamente interesado en estos servicios revise la gramática con mucho celo. En mi caso tampoco fueron las ‘lecturas’ que proponen estas tarjetas lo que me resultó más llamativo. Tampoco las señoritas que se muestran muy sugerentes en las que, se dicen por norma, son “fotos reales”. Lo que me maravilló -si se puede decir así- fue el formato. Porque daba igual encontrar el papel en una calle de Carabanchel, Ciudad Lineal, San Blas o Argüelles. Todos estos anuncios de prostitutas que aguardan en las ventanillas de los coches de Madrid en los últimos tiempos empapelan el vehículo con reclamos que poseen el mismo tamaño independientemente del barrio y de los pormenores de la oferta. Se ve que, al menos en esto, el tamaño sí importa.

Durante estos últimos meses he ido recopilando la mayor parte de los que me he ido encontrando. La ‘colección’ incluye más de 30 anuncios diferentes recogidos en distintos barrios. Creo que es una cifra elevada porque obviamente mi objetivo mientras pululaba por la ciudad no era buscarlos sino que era la casualidad la que me conducía a ellos y entonces, con suma discreción y no poca vergüenza, los iba recopilando mientras cruzaba los dedos para que nadie me viera en tan sonrojante actividad. Pero no hace falta más que la vista: cualquiera puede comprobar cómo la proliferación de los anuncios de este tipo ha sido exponencial desde hace unos años, tal vez porque la crisis económica ha obligado a mucha gente a optar por caminos que solo la desesperación parecen señalar. Hay algún caso de los que he encontrado que apuntaría en esta dirección.

01 Porque aunque es verdad que publicidad en los coches la ha habido siempre, la variedad de negocios y actividades han provocado que rara vez pudieran verse panfletos similares. Yo al menos nunca fui consciente de ello. Sin embargo, estos anuncios de prostitución actuales parecen ceñirse a unos cánones que se respetan casi de manera escrupulosa.

cat01A decir verdad hay tres tipos, a modo de pódium deportivo. La medalla de oro, las ediciones de ‘lujo’, se asemejan a las tarjetas de visita, que en este ámbito es pretendidamente en sentido literal. Resultan similares a los cromos que tuvimos en la infancia y que los nostálgicos aún intercambian en el Rastro o en la plaza de Quintana, solo que esto no es apto para menores. Están impresas en papel de buen gramaje, a color y por las dos caras. Algunas incluso se permiten el lujo de aprovechar el reverso para colocar un mapa del local. Excepto una que anuncia “Mujeres latinas”, el resto en esta categoría está dedicado a las asiáticas. En ambos casos las fotos están muy bien hechas, con las chicas en ropa interior clavando sus ojos en la cámara mientras se ofrecen al espectador en poses atrevidas, situadas sobre escenarios prefabricados o incluso en fotos de estudio. De la misma manera se nota mano en la edición posterior a la toma tanto en el suavizado de la piel como en algún fotomontaje, si bien este no resulta del todo afortunado. A lo que voy: que están curradas, vaya. Que se me hace raro pensar que cualquiera pueda tomarse tantas molestias de antemano. cat02

Al rebajar la calidad del material, las orientales desaparecen del abanico de la oferta, que se abre para las españolas, las latinas y las que se han dado en llamar “chicas independientes”. Este segundo escalafón de los anuncios se imprime en papel cuché, con un tamaño ligeramente superior al primero pero también en color, aunque generalmente a una sola cara. Diríase además, no sin un toque de sorna, que es el campo abonado para la promoción de los ‘holdings’: desde las “4 chicas jóvenes” que ofrecen marcha, vicio y hasta “servicios de sado”, hasta el recurrente consorcio entre hispanas y nacionales, es habitual comprobar que en esta categoría de anuncios se hallan algo así como ‘asociaciones’ para que el cliente tenga donde elegir.

Las fotos también cobran bastante protagonismo aquí aunque ya empiezan a verse diferencias con lo anterior. El tono aquí es más vulgar y da la impresión de que se quiere aprovechar el espacio como sea. Bien con adornos, colores de fondo y otros elementos que definen estas tarjetas como horteras, bien con imágenes, que pueden ser dos o hasta tres por cartulina; eso sí: “reales”.

El último escalón mantiene el tamaño de la categoría anterior aunque el papel ya es similar al folio normal con el anuncio en blanco y negro. Se adivina una economía de recursos cuyo proceso no creo que sea muy diferente de cat03la impresión en casa y fotocopias infinitas. Este minimización del gasto que se da aquí deja entrever que, sobre todo en este caso, puede existir más iniciativa personal por parte de las mujeres que en el resto de niveles. Pensando mal y pronto podría equipararse cada ámbito a redes, locales y particulares, respectivamente. Parecen ligas diferentes, desde luego.

En este tercer grado, y a diferencia del resto, desaparece el anonimato y las chicas se presentan con un nombre, sea o no este real. Ya no hay lujo y eso se nota no solo en la categoría del material sino en que los precios que piden suelen ser más bajos y las imágenes, por norma general, son menos ‘artísticas’, aunque igualmente explícitas.

Los ‘accesit’ particulares en esta peculiar colección se los llevan dos anuncios algo distintos al resto. Por un lado el de Elena, una mujer que ofrece una “Primera prueba gratis”. Imagino que esa frase es el mejor márketing posible para su actividad porque su publicidad es la más sencilla (o directamente, cutre) de todas las que encontré: simplemente es una tira de papel con tres líneas de texto, sin nada más. Pero claro, es una máxima publicitaria que lo mejor que puedes hacer para vender tu producto es regalarlo, así que pongamos su sencillez en cuarentena. cat04

El otro, muy al contrario de este, entraría en el nivel 2 de la clasificación: impresión a color y ‘horror vacui’. Es un anuncio particularmente horrible que me ha provocado una sensación situada a medio camino entre la repugnancia y la pena. La frase es la siguiente: “Madre soltera embarazada en apuros”. Le acompaña una foto presuntamente real en la que la señorita luce barriga aunque su rostro aparece tapado con un dibujo de un sombrero de esos que llevan los duendes irlandeses, trébol incluido. Más allá del tema, algún diseñador que conozco mandaría a la hoguera el flyer.

Uno puede cambiar de barrio pero es extraño no encontrarse un sitio en el que no se encuentren estas tarjetas. Cambian los nombres, los rostros, los números de teléfono pero los métodos son exactamente los mismos. La vergüenza, también. Y los niños que preguntan a sus padres y madres qué son esos papeles del coche, no menos.

2 comentarios en “Esos anuncios en los coches…

  1. Bastante interesante la entrada. Es probable que tanta similitud vaya de la mano de gente organizada, por lo menos en el primer grupo. El asunto, tras pasar la indignación, da para bastante comentarios jocosos, que no haré para no quedar como un gili. Un saludo

    1. Sí, creo que se perciben muy bien los niveles, de lo ‘profesional a lo amateur’. Esa es la parte curiosa pero como bien dices, el fondo es bastante sórdido. Opté por no poner la de la chica embarazada pero sentí una mezcla de rabia, asco y pena.
      Muchas gracias por el comentario!

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