Rápido, muy rápido

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The Flash‘ ha estrenado esta semana una nueva vida tras su versión de los años 90. Esta vez al rebufo (paradojas) del éxito de ‘Arrow‘ en la pequeña pantalla. Es la consolidación de la televisión como escenario ideal para narrar las historias de héroes y superhéroes más allá del hasta ahora hegemónico formato de la película. Las series, como los cómics, permiten una narración más dinámica y variada si se hacen bien las cosas. Y en ‘The CW‘, la cadena estadounidense que está apostando por los personajes de DC, están haciendo bien las cosas. ‘Arrow‘ es un ejemplo; ‘The Flash‘, la confirmación: su estreno ha sido el más visto de la compañía en los últimos cinco años.

Las cosas como son. El veloz justiciero no es un personaje cualquiera. No es que ‘Green Arrow‘ no lo sea pero no nos engañemos: The Flash forma parte del olimpo de astros de la DC junto a Batman, Green Lantern, Wonder Woman y Superman y, por ello, atreverse con él es un reto para cualquiera porque hay millones de seguidores ansiosos y dispuestos a no pasar ni una. Ya lo fue en los 90 con una serie que el paso del tiempo mira con beneplácito y condescendencia pero que solo duró una temporada antes de ser cancelada por su baja audiencia. Eran otros tiempos, otro tipo de lenguaje y la televisión, seguramente, no estaba preparada. Ahora es otra historia. El experimento del arquero verde ha sido un éxito total, la audiencia ha respondido y ha abierto la puerta para que un rayo casi invisible se cuele en nuestras pantallas.

The Flash en los 90 y 2014. Tendríamos claro quién querríamos que nos defendiera
The Flash en los 90 y 2014. Tendríamos claro quién querríamos que nos defendiera

El primer capítulo es correcto, sin alardes y con mucho peso del texto en detrimento de la acción. Para empezar se podía hacer poco más en este sentido porque al fin y al cabo se trata de una presentación del superhéroe, su génesis y sus circunstancias. Siendo quien es no sorprende que le dé tiempo a todo aunque los seguidores de ‘Arrow‘ ya tenían algo de terreno ganado puesto que Barry Allen se dio a conocer a lo largo de la segunda temporada de las historias del arquero. Es un joven idealista, inocente, friki y extremadamente inteligente que trabaja como CSI en la policía de Central City. Un joven que, como Oliver Queen, tiene un motivo -el asesinato de su madre y posterior encarcelamiento de su padre como presunto y falso culpable- para querer cambiar las cosas a su alrededor; sin embargo, no solo no tiene ninguna cualidad especial sino que puede decirse que es más bien torpón y a simple vista está en las antípodas de lo que uno imagina como superhéroe: alto, esto sí, pero enclenque, nada que vez con su musculoso antecesor en la televisión quien, dicho sea de paso, es el padre de Barry en esta versión moderna. Un guiño simpático, sin duda.

Sea como fuere, un desafortunado accidente en un colisionador de partículas instalado en la ciudad provoca una explosión y esta, a su vez, una suerte de tormenta con consecuencias inesperadas para algunos de los habitantes de la misma. Uno es Barry, que pasa nueve meses en coma tras caerle un rayo encima. Cuando se recupera ya no será el mismo, como sabemos. Su primer enemigo en este capítulo piloto es otro de los ‘afectados’, en este caso un ladrón con la capacidad de manipular la climatología a su antojo. El mentor del superhéroe, responsable del colisionador y su desastre posterior, le viene a decir que se prepare, que vendrán más… ¿él mismo es uno de ellos? Muy limpio no parece…

Hechas las presentaciones, nos frotamos las manos con lo que vendrá. Las expectativas son altas. Este primer capítulo solo deja claves y guiños, muy parecido al de ‘Arrow’ en su día: una toma de contacto para presentar a los personajes y esbozar sus relaciones, todo en un tono más blando. Sus capacidades tampoco anticipan grandes peleas como las de su compañero quien, por cierto, hace un cameo para aconsejar sobre los ‘pasos’ para ser un héroe. Una vez abierta la puerta a los ‘cruces‘ de acera entre justicieros quien sabe, por pedir, que no quede: los patos quieren a Linterna Verde. No obstante, la prueba de velocidad que hace Barry tiene lugar en las instalaciones de Ferris Air, justo donde Hal Jordan trabajaba como probador de sus aviones. En fin, que la cosa promete. Que llegue el próximo episodio rápido.

Rápido. Es la palabra.

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