Alcatraz, de mito a postal

a00No hace falta tatuarse los planos de la cárcel en todo el cuerpo pero sí hay que tener un plan y ser hábil e inteligente para ejecutarlo. Escapar de una cárcel de máxima seguridad es muy difícil, pero no imposible. Alcatraz es un mito pero si sus muros quedan atrás en la huida, pasará a ser de infierno a postal de otra época. Y ese será el objetivo. Por una vez nos vamos a colocar en la piel de un delincuente nosotros, acostumbrados a combatirlos. Vamos a imaginar que partimos de una celda de todo menos cómoda e iniciamos una odisea hacia la libertad a través de los corredores del penal. Una carrera no apta para todos.

De hecho, solo es apta para una persona. Porque ‘Alcatraz‘ es uno de esos juegos para uno que tan bien pensados y tan bonitos pone nuestras tiendas habituales la empresa belga Smart Games. En este caso, el área de juego queda enmarcada por una muralla carcelaria que nos recordará mucho a la de un castillo medieval. A uno de los lados queda una rueda con cuatro colores, de los que solo uno se muestra durante cada turno de la actividad, dando paso al siguiente en el próximo movimiento de acuerdo a una secuencia fija.

El color mostrado señala las losetas vigiladas por las cámaras de seguridad y por tanto, prohibidas en la huida de nuestro peón. Como quiera que la rueda va girando, el color cambiará y por tanto, habrá que calcular muy bien los movimientos actuales y futuros para no quedar al descubierto sin querer.

Como en otros juegos de la colección, hay 48 problemas de dificultad creciente reflejados en unas tarjetas que, en este caso, se colocan en lo que viene a ser el suelo de la cárcel. En las mismas, además del ajedrezado de colores por el que habrá que moverse, se disponen las casillas de salida y de meta así como la situación de muros o barreras que complicarán -o no- la huida. Y cuando todo está listo, llega la hora de buscar la escalera para saltar el muro y correr hacia la libertad.

Ejemplo de partida
Ejemplo de partida

El juego en sí mismo no puede ser más sencillo. Pero ¡ojo! que, como ya comentamos en su día con otros de la misma categoría, el halo de inocencia que desprenden los colores, los muros, etc., pueden dar la impresión de entretenimiento facilón. Nada más lejos de la realidad. Es un juego dinámico, difícil y que puede considerarse como un rompecabezas verdaderamente estimulante, en el que la inteligencia espacial y la abstracción deben activarse para salir airoso de los retos que presenta más allá de su aspecto de juguete al uso.

En el capítulo de contras poco o nada, a decir verdad. Lo que más me molesta las primeras veces es que preparar las partidas puede parecer engorroso entre colocar la tarjeta y los muros especialmente cuando se aprende y se coge la dinámica, porque suele tardarse más en montar el escenario que en resolverlo. Pero eso ocurrirá únicamente al principio. Diez minutos después esta sensación desaparece y todo fluye como un puzle sideral. Otra cosa es pensar que 48 problemas pueden parecer pocos pero damos fe de que no será así porque la dificultad es creciente y el reto, constante. Fugarse de Alcatraz no es fácil. Por eso es una leyenda.

Un par de extras: Os dejo un vídeo explicativo sobre el juego, por si quedaba alguna duda. Y, una recomendación perversa: la página de Smart Games ofrece decenas de juegos similares on line: podéis echarles un vistazo (y unas partidas), aquí.

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