
Ella. Que, cual venus nacida de la espuma marina surge cada mañana en la nebulosa de las ondas y cincela su estampa orgullosa y altiva en su escenario, solo suyo. Impone su voz ronca de mil noches batalladas y amaga, solo amaga, con un arranque de furia regia que mueva el mundo y detenga las mareas. A su alrededor todo se difumina para que surja ella, carácter volcánico en delicadas praderas. Su ejército: un opinalotodo de pelo canoso, que da más credibilidad; un médico de manos largas y mirada sucia; un suricata con ordenador pero sin gracia; una profesora de aerobic (es TV, no lo olviden); dos destripavidas ajenas; una druida hacedora de pócimas y ungüentos; un cocinero extra-maquillado. Al final y por encima de todo y todos, ella.