La historia es la de ‘El jardinero fiel‘. Solo que ella no le amaba.
No estaban en África, no había mercenarios que cumplieran órdenes al dictado; ni grandes corporaciones farmacéuticas que ensayaran con niños de la manera más cruel y despiadada. Pero estaba ella, su idealismo y su ambición, por encima de todo, llevándose por delante todo, abarcando todo, mientras él se completaba únicamente con respirar a su lado.
Ella era la Eva de su jardín del Edén, el que él cuidaba pensando en ella. No hubo un día en el que él fuera su maná.
No hubo muerte en este caso tan real. Aunque a su modo, lo sea.