
Se habla, en muchas ocasiones, de la globalización, como un concepto que tiende a homogeneizar el aspecto de buena parte de las ciudades del planeta. Pueden mediar miles de kilómetros entre ellas pero siempre hay anclas que remiten a un espacio común a base de marcas internacionales, formas de hacer las cosas que acaban por converger o costumbres adquiridas. La gente, las personas, no obstante, marcan la diferencia y por eso la propuesta de la fotógrafa ruso-americana (¿puede haber mayor mensaje en este origen?) Anastasia Samoylova (Moscú, 1984) es centrar la mira en lo que une a las distintas urbes del mundo.
Fruto de esta mirada curiosa e intencionada surge una exposición, Image Cities, con la que la Fundación Mapfre da a conocer su trabajo y la homenajea tras haber sido ganadora de la primera edición del premio internacional KBr Photo Award (2021), puesto en marcha por la propia institución. De ella se dice que, con este porfolio, “renueva la visión y el lenguaje de la fotografía documental en un proceso de trabajo que ella defiende como artesanal” con el que, mediante diversas técnicas, concluye en subrayar el hecho de que, “mientras las ciudades tratan de promover su individualidad, sus espacios avanzan hacia un escenario genérico en el que la configuración específica de cada urbe pierde su singularidad en una arquitectura anónima de acero y vidrio”.

La muestra, por tanto, ofrece un curioso reto al espectador si uno, como al que firma esto, le ocurre que pasa de largo de la chuleta que se reparte en la entrada y en la que puede conocer año y ubicación de cada toma. Sin ese documento el repaso por la cincuentena de fotos que están en la exhibición propone un juego de adivinar dónde puede estar tomada tal y cual imagen a partir de las pistas que puedan percibirse. Algo que, ya les avisamos, no resulta nada sencillo.
Madrid, Tokyo, Nueva York, Zürich, París, Los Ángeles, Amsterdam… la lista de metrópolis en los que planta su cámara es inmensa y por eso el mosaico que propone para configurar esta particular aldea global es aún más significativo. Su ojo y, por extensión, su cámara, tiene la certera puntería de buscar encuadres que repercuten en la potencia de su discurso. Es por eso que encontramos figuras yuxtapuestas y siluetas que se integran en las tomas no como un factor humano sino como un elemento más en los escenarios urbanos, como si una persona que estuviera allí formara parte de un cartel o de un trampantojo.

De esta manera, los reflejos, los juegos de perspectiva o incluso los collage son recursos que Samoylova integra en su creación para ofrecer este catálogo de fotos que, de tan reales y conseguidas, rozan lo formalmente abstracto. De hecho, es tal la nitidez de las imágenes que solo queda aplaudir la técnica y el tino de la cámara que haya usado, más aún cuando abundan los formatos medios y el color depuradísimo en un espectáculo visual en el que el lenguaje simbólico nos habla de todas las ciudades pero de ninguna en concreto. Algo que ella misma les cuenta en esta conferencia:
Image Cities puede verse en la sala Recoletos de Fundación Mapfre en Madrid, hasta el 27 de agosto. Con ello cierra el ciclo que inició en los primeros meses del año, cuando estuvo expuesta en el Centro de Fotografía KBr de la Fundación Mapfre, en Barcelona.

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